No caigamos de su gracia Hebreos 12:14 y 15
Una carta de Dios para ti y para todos los que pasan situaciones difíciles que nunca faltan en nuestra vida, que nos hacen pensar que no valemos nada, que nadie nos entiende, que no vale la pena seguir cuando todo lo que teníamos en mente se disuelve en un momento como la espesa neblina de la mañana y no queda más dentro de nosotros que una tormenta de desesperación que no da tregua, cuando por nuestra mente el pensamiento de que después de la tormenta vine la calma está demasiado lejos de nosotros y nos sentimos como alguien que nunca realizara sus sueños pues han huido y nos da miedo la idea de volver a soñar o no damos vida a más sueños por el temor y es que nunca será fácil aceptar que los sueños que más amamos nunca se harán realidad solo el hecho de pensar en eso nos deprime y nos deja tan vacíos.
 El día en que naciste no te cortaron el cordón umbilical; no te bañaron, no te frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales.  Nadie se apiadó de ti ni te mostró compasión brindándote estos cuidados. Al contrario, el día en que naciste te arrojaron al campo como un objeto despreciable. “Pasé junto a ti, y te vi revolcándote en tu propia sangre y te dije: ¡Sigue viviendo;  crece como planta silvestre! “Tú te desarrollaste, y creciste y te hiciste mujer. Y se formaron tus senos, y te brotó el vello, pero tú seguías completamente desnuda. ”Tiempo después pasé de nuevo junto a ti, y te miré. Estabas en la edad del amor. Extendí entonces mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez. Me comprometí e hice alianza contigo, y fuiste mía. Lo afirma el Señor omnipotente. ”Te bañé, te limpié la sangre y te perfumé.  Te puse un vestido bordado y te calcé con finas sandalias de cuero. Te vestí con ropa de lino y de seda.  Te adorné con joyas: te puse pulseras, collares,  aretes, un anillo en la nariz y una hermosa corona en la cabeza.  Quedaste adornada de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y de telas bordadas. Te alimentabas con el mejor trigo, y con miel y aceite de oliva. Llegaste a ser muy hermosa; ¡te sobraban cualidades para ser reina!  Tan perfecta era tu belleza que tu fama se extendió por todas las naciones, pues yo te adorné con mi esplendor. Lo afirma el Señor omnipotente. Ezequiel cap.16: (versión internacional)
Cristo dijo: “fuera de mí nada podrán hacer”. Ahora que somos sus hijos, dependemos de él para lograr todo lo que anhelamos y soñamos, tal vez las cosas no salen como quisiéramos cuando una  puerta se nos cierra, pero si Dios permite que una puerta se cierre es porque no nos llevaría por un buen camino. Si se cierra una puerta en nuestra vida o sueños y si tenemos paciencia y esperamos en Él, Dios abrirá otras puertas, su palabra dice que donde Dios abre una puerta nadie la puede cerrar, estos es verdaderamente cierto. Pero su palabra también  dice que donde Él cierra nadie puede abrir. Es por esto que tenemos que tomarlo en cuenta cuando iniciamos algo en nuestra vida. Pero sin duda las cosas que Dios dice en la cita de Ezequiel también son para nosotros. Tal vez nadie cree en ti y tal vez has sentido que nadie te entiende y que nadie te quiere ayudar, pero Dios está ahí, siempre a tu lado y te dice: “sigue viviendo”, “te adorne y te llene de cualidades, te limpie” “te adorne con mi resplandor” y ¿que luz puede alumbrarnos mejor que su resplandor? Esto es para ti si quieres creerle a Él. Su palabra dice: “al que cree todo le es posible”. Y no hay nada mejor que contar con la ayuda de Dios. Porque si estamos separados de Él las cosas nunca nos saldrán bien. Su palabra dice “busca la bendición de Dios que es la que enriquece y no añade tristeza con ella”. Sin la bendición de Dios las cosas nos pueden traer tristeza por nuestras malas decisiones. Dios quiere que seamos de Él solamente, y como dice la cita, en el tiempo que necesitamos amor Él esta ahí, para amarnos y darnos lo mejor, nunca debiéramos darle la espalda porque separados  de  Él nada, nada podemos hacer, aunque luchemos y luchemos. Los versículos que le siguen a la cita de Ezequiel capítulo 16, son muy fuertes para nosotros cuando hemos fallado delante de Dios, pero aun así nos perdona si nos acercamos a Él arrepentidos de corazón. Lamentaciones 3:22-27 dice: El gran amor del Señor nunca se acaba,  y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: «El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!» Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan. Bueno es esperar calladamente a que el Señor venga a salvarnos. Bueno es que el hombre aprenda a llevar el yugo desde su juventud. (Versión internacional)
Con Cristo todo, sin Él nada.
Dios bendiga tu vida y te ayude a meditar en estas palabras y que sean de provecho y bendición para ti.
Amino y otro consejo: ¡si caes siete veces, levántate ocho! su palabra dice: “sus misericordias son nuevas cada mañana”, y “para siempre es su misericordia”. Dios te ama y su mano esta extendida siempre para ayudarnos, solo que tenemos que pedirle y Él hará.
Reynaldo Amaya Mendoza  

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